¿Son “nuestros” niños y niñas?

“Con mis hijos no te metas” es un movimiento social originario de Perú, que surge como respuesta a las políticas de gobierno que incorporaban el enfoque de género en la educación. El grupo hizo eco en Latinoamérica, ganando cada vez más simpatizantes que no están de acuerdo con este currículo y que argumentan una serie de mitos y prejuicios sobre lo que se entiende actualmente como Educación Integral de la Sexualidad (EIS).

Basados principalmente en el desconocimiento, la falta de información, la construcción de relatos basados en el moralismo y en las opiniones personales y sin evidencia comprobable, sus adherentes expresan un fuerte rechazo a que niños y niñas puedan contar con formación sustentada en evidencia y aprobada por organismos internacionales que relevan la importancia de contenidos como el género, la prevención de violencia, la igualdad, consentimiento y una serie de estrategias y herramientas que permitan tomar decisiones conscientes sobre el plan de vida, el cuerpo y la salud.

Según las orientaciones técnicas internacionales sobre educación en sexualidad entregadas por la Unesco (2018), la EIS juega un papel fundamental para el desarrollo de las personas, con el objetivo de prevenir el VIH/sida, infecciones de transmisión sexual (ITS), embarazos no deseados, violencia y discriminación de género, al igual que potenciar relaciones saludables y bienestar personal, todo a través de la toma de decisiones de manera libre e informada.

Como adultos y adultas, tenemos la responsabilidad de reconocer que los niños, niñas y adolescentes tienen voz, y al mismo tiempo educar y co-aprender junto a ellos/as, compartiendo conocimientos, experiencias, guiando y orientando, con enfoque de derechos y respetando los procesos personales. De esta manera estaremos construyendo confianza entre las distintas generaciones que habitamos nuestra sociedad, con el objetivo en común de vivir de manera plena y sin discriminación. Chile sigue estando en deuda con la Educación Integral de la Sexualidad, lo que deja a la población sin la posibilidad de informarse para decidir.